El filón del envejecimiento

El envejecimiento de la población mundial es un hecho incontestable. La mayoría de países del mundo están experimentando un aumento en el número y la proporción de personas mayores. El informe ‘Perspectivas de la Población Mundial’ de la ONU estima que el número de personas mayores (60 años o más) se habrá duplicado para el año 2050: pasará de 962 millones en el 2017 a 2.100 millones. En Europa, según la Comisión Europea, en el 2060 una de cada tres personas tendrá más de 65 años.

La ONU afirma que el envejecimiento está a punto de convertirse en una de las transformaciones sociales más significativas del siglo XXI, «con consecuencias para casi todos los sectores de la sociedad». El nuevo perfil de la pirámide poblacional supone grandes retos para los Estados del bienestar, pero ofrece también grandes oportunidades de negocio. Bienvenidos a la ‘silver economy’ o economía plateada.

Tercera economía mundial

La economía plateada engloba aquellas oportunidades económicas derivadas de la población mayor de 50 años. Un estudio de la Comisión Europea calcula que tiene potencial de expandirse un 5% anual hasta el 2025, para alcanzar los 5,7 billones de euros. Su contribución al PIB europeo alcanzará los 6,4 billones en el 2025 (un 32% del total) y generará 88 millones de puestos de trabajo (un 38%). El informe señala que, si se clasificara entre las naciones soberanas, la economía plateada europea sería actualmente la tercera economía más grande del mundo, detrás de EEUU y China.

Hay quien, como Juan Carlos Alcaide, consultor, profesor y escritor, obsesionado con la ‘silver economy’ y el ‘senior marketing’, que pronostica la ‘silverización’ de toda la economía en una década. «Las empresas, aunque no sean estrictamente de la economía planteada, no pueden olvidar este sector», afirma Alcaide, que apuntala su argumento con un ejemplo gráfico: «Si haces mermelada, haz botes fáciles de abrir». En esta misma línea, el profesor de ESADE Ismael Vallès celebra que muchos departamentos de márketing hayan superado la «miopía» de dirigirse al mercado como si fuera un todo y empiezan a tener en cuenta al segmento sénior y sus necesidades.

Envejecimiento activo y dependencia

La economía plateada distingue dos segmentos de población, cuyas necesidades son también diferentes. Por una parte, según la segmentación que hace Alcaide, estaría la tercera edad, un proceso de envejecimiento activo que empezaría a los 50/55 años y con unas demandas específicas: cultura, turismo e ‘infotainment’, un tipo de medio, generalmente televisión, que proporciona una combinación de información y entretenimiento. Es, podríamos decir, una madurez en plenas capacidades. Por otra, estaría la vejez propiamente dicha donde hay pérdida de capacidades y que perfila una economía plateada específica: dependencia, fragilidad, salud….

Alcaide subraya además la «feminización» de la economía plateada, no solo porque las mujeres tienen una esperanza de vida superior a la de los hombres, sino porque en muchos casos viven en una situación de «mayor fragilidad», con pensiones más bajas. Se da también, explica el experto en márketing, la “mujer sándwich” que «tiene que dedicar muchas horas a la semana al cuidado de sus padres y también a la de los hijos» que, a menudo, aún no se han emancipado.

El informe de la Comisión Europea, encargado a Technopolis y Oxford Economics, no solo se limita a cuantificar la economía plateada y a hacer proyecciones de futuro; hace también un repaso de las oportunidades de negocio. La tecnología, ya sea la robótica, el big data o la inteligencia artificial, juega en la mayoría de los casos un papel fundamental.

Oportunidades de negocio

El ‘top ten’ de las oportunidades incluye la salud personalizada y conectada. En este sentido, las empresas de ‘software’ y ‘apps’ que busquen mejoras en este ámbito tienen un futuro prometedor. Robótica y juegos figuran también en la lista. El mercado europeo de robots domésticos y otros dispositivos para ayudar a las personas mayores es todavía poco significativo (se estimó en unos 13 millones de euros en el 2016), pero se espera que comience a crecer fuertemente en los próximos años.

Otros de los nichos de mercado son los servicios de cuidados integrados y conectados; la automatización del hogar, que puede ayudar a las personas mayores a vivir más tiempo en su casa, de forma independiente; estilo de vida saludable; universidades de mayores; vehículos sin conductor; turismo de la tercera edad y plataformas intergeneracionales para la creación de productos y servicios adecuados a las necesidades y gustos reales de las personas mayores. Alcaide sugiere que, puesto que la soledad es un factor constante en la vejez -el 42% de las personas que viven solas en España tienen más de 65 años-, la industria del ‘matching’ tiene mucho que aportar, poniendo en contacto a mayores que compartan gustos y aficiones.

Mejorar la productividad

Si la tecnología juega un rol fundamental en la prestación de los servicios, también lo debe jugar en su financiación. Es decir, según sostiene Alcaide, «o la tecnología genera productividad o, con la crisis de las pensiones y el esperado incremento del gasto sanitario, estamos abocados al desastre económico». Para este experto, estamos ante un envejecimiento de «dos velocidades: ricos y pobres». Estos últimos, dice, solo podrán pagar los productos y servicios gracias a la productividad generada por la tecnología que, a su vez, deberá permitir una renta básica universal.

Ismael Vallès, por su parte, destaca que el sector público tiene la responsabilidad de «reorganizar los recursos de manera más eficiente ante el tsunami» que viene, de forma que se puedan seguir garantizado los servicios sanitarios y las pensiones, pero al mismo tiempo subraya la «responsabilidad individual» de ahorrar, «poco a poco y de forma recurrente» para afrontar la vejez en mejores condiciones.

 

Fuente: El periódico

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