Beneficios de ingerir proteínas en la tercera edad
Durante la tercera edad surge una diversidad de problemas de salud que afectan la nutrición, la disminución en la demanda de energía y alteraciones en el gusto y en el olfato, son situaciones que causan que los adultos mayores pierdan el interés por la comida.
Esta situación causa que los ancianos no ingieran los nutrientes esenciales para el organismo, entre ellos, las proteínas que intervienen en la formación de células, la regeneración de tejidos (músculos, órganos, glándulas, huesos y piel), la creación de anticuerpos para prevenir enfermedades y la dotación de energía.
La proteína es un macronutriente fundamental en todas las etapas de la vida, sin embargo el cuerpo no produce las cantidades requeridas para el buen funcionamiento del organismo, es por ello que se debe consumir una cantidad determinada al día.
En los adultos mayores la demanda de proteínas es mayor debido a que pasados los años, el cuerpo tiende a perder fuerza y masa muscular, además de la capacidad de absorber o procesar las proteínas.
En este sentido la Sociedad Europea de Nutrición Clínica y Metabolismo, recomienda a las personas mayores saludables, consumir al menos 1,0 a 1,2 gramos de proteína por kilo de peso corporal al día, mientras que las desnutridas o en riesgo de malnutrición la dieta debe proporcionar 1,2 a 1,5 gramos de proteína por kilo de peso corporal al día.
Estas cantidades acompañadas de ejercicios de resistencia, pueden revertir la malnutrición y la pérdida de fuerza y masa muscular que en el adulto mayor se denomina sarcopenia.
Para conocer la cantidad proteica que debe ingerir, es necesario conocer el valor biológico de las proteínas según su origen.
De valor alto: son las proteínas de origen animal carnes, aves de corral, pescado, huevos y productos lácteos.
De valor bajo: las proteínas de origen vegetal como verduras, legumbres y frutos secos
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